22 de Junio de 2015.
Cuando empezaban a tocar en garitos irlandeses a finales de los 80 y principios de los 90, The Cranberries nunca pensaron que 25 años después y convertidos para siempre en una banda legendaria de fama internacional, seguirían siendo aclamados por un público de lo más variado tanto en edad, como cultura y gustos personales. Tras una primera separación en 2003, proyectos en solitario de sus integrantes y el reencuentro en 2009, los rumores y los cambios que los integrantes de la banda estaban atravesando en la actualidad nos llevaban a pensar que aquella de 2012 fue la separación definitiva. Hasta este momento. Dolores O’Riordan y Noel Hogan han apartado sus diferencias para volver a trabajar juntos. The Bachelorette, lo que viene a ser el “Mujeres, Hombres y Viceversa” americano, fue el escenario de tan esperada reunión.
Hacía tiempo que no veíamos a Dolores de tan buen humor, con un aspecto tan fresco y rejuvenecido, tan lleno de ilusión. Está radiante: le brillan los ojos, espejos del alma y sonríe, con esa sonrisa tan tierna y tan suya, y esa dulzura en su tan característica voz que hace que te emociones cuando canta al amor, que la comprendas cuando canta al desamor, que protestes con ella cuando canta contra la injusticia y que la creas cuando te dice que te quiere. Parece feliz y eso vale más que todas las actuaciones, discos, premios y éxitos del mundo. Ha vuelto a su Irlanda, a su tierra, la que la vio nacer, crecer y la hizo ser quien es; el escenario de tan bello momento es una catedral, como cuando empezaba a dar sus primeros pasos en la música y cantaba en el coro de la iglesia, aún con dentadura infantil pero con esos sueños que anhelaba cumplir y por los que tanto ha trabajado. Una vuelta a sus orígenes, algo que ha estado experimentando en los últimos meses y que le ha ayudado a encontrarse a sí misma.
Alumbrados por la tenue luz de los candelabros y rodeados de los magníficos arcos ojivales de la catedral dublinesa de Christ Church, la extravagante y dulce voz de Dolores O’Riordan se une a los mágicos acordes de la guitarra de Noel Hogan y, acompañados por una orquesta de violines y violonchelo, interpretan una bella versión de su emblemático Linger (en español, “Permanecer”) haciendo posible lo que muchos pensábamos imposible: que la pasión, los sueños y las ilusiones que la música es capaz de unir, siempre permanecen, a pesar de las adversidades, de las diferencias y del paso del tiempo.
La actuación ha sido breve pero reconfortante, nueva pero a la vez una mirada atrás en el tiempo, a aquellos tiempos en los que dos jóvenes con los bolsillos vacíos pero la cabeza llena de sueños se abrían paso con pocos medios más que su talento y su ilusión en una Irlanda que les empezaba a descubrir, y que hoy les recibe con los brazos abiertos.
Podéis ver de nuevo esta mágica actuación en el link a continuación: https://www.youtube.com/watch?v=YvmQDxLvjxI&feature=youtu.be
