BARRY EGAN HABLA CON DOLORES O’RIORDAN
“La gente te mira y ve un producto. No ven un alma, sólo un agujero vacío” – Barry Egan habla con Dolores O’Riordan
Dolores O’Riordan cuenta a Barry Egan su versión de lo que ocurrió en ese vuelo, cómo ha roto con su marido Don, y cómo ella ha aconsejado a la gente con su música.
El arresto de Dolores O’Riordan después de supuestamente cabecear y escupir a un guardia el pasado lunes en el aeropuerto de Shannon tras el vuelo, podría resultar ser lo mejor que ha pasado en la agitada vida de la artista. Esto quiere decir, según su preocupada familia, que ella al fin podrá obtener la ayuda que tanto necesita.
No les importa que ella sea una famosa estrella del rock. Todo lo que les importa es que ella claramente necesita ayuda.
A Dolores se le ha diagnosticado trastorno bipolar. Ella rompió la relación con su marido Don Burton hacia mediados de septiembre y ha estado viviendo en Nueva York, primero en el hotel en Union Square y después en Trump Tower. Lleva dos meses sin dormir bien y su estado de ánimo es muy cambiante.
Toda la gente de su entorno desea que Dolores salga de este oscuro lugar en su vida – pero, a decir verdad, ella ha estado en ese oscuro lugar casi toda su vida. A los ocho años fue violada y soportó este calvario durante cuatro años más. Una víctima de abuso sexual siempre es una víctima de abuso sexual.
Dolores, a quien yo considero mi amiga, me llamó el viernes por la mañana porque quería hablar. Me dio la dirección desde donde telefoneaba. A las 15.50 horas una desaliñada Dolores me abrió la puerta de una casa privada en una zona aislada del pueblo de Adare, en el condado de Limerick.
Sobre la mesa había una Biblia con las páginas abiertas con un flexo. Había una foto del Papa Juan Pablo sobre la chimenea. Había frascos de aromas y aceites esenciales ordenados en línea recta sobre la mesa, al lado de las velas. “Mi vida no tiene control”, me dijo ella. “Por eso los alineo para tener control”.
Hay algunos platos con gambas, a medio comer. “Me estoy llevando comida a la boca para no sufrir anorexia y todo eso otra vez”. Se la ve tremendamente delgada. Está bebiendo vino y parece inquieta.
Siento una profunda tristeza por ella. Le pregunto muchas veces si está segura de que quiere hablar. Ella insiste en que sí.
Dolores habla públicamente por primera vez desde el incidente del lunes y recuerda: “Aparentemente, mi madre vino a mi celda. Yo no me acuerdo. Había creado un efecto tortuga arropándome a mí misma bajo la manta”.
Le pregunto si es cierto que estuvo cantando en su celda.
“Sí, estuve cantando en la celda. Estuve rezando y meditando porque tenía mucho frío. Estaba llena de moratones. ¡Mírame!” – se levanta el top y aparta su ropa para mostrarme los cardenales en su espalda, brazos y piernas.
Dolores dice que llevaba una máscara en el avión por los “acosadores” que la estuvieron siguiendo en Nueva York. Menciona a John Lennon que fue asesinado por un acosador en Nueva York.
Le pregunto sobre lo ocurrido en el avión. “Fue muy estresante. No estoy acostumbrada a estar entre una multitud de esa manera. Lo que ocurrió es que la gente me estaba asustando. Yo me arrinconé y les decía: ‘Por favor, no me toquéis’. Ellos me decían: ‘¿Te crees que eres alguien?’ y yo dije: ‘Sabéis quién soy. Sabéis que soy la cantante de Cranberries’.
Dolores dice que quisiera aprovechar la oportunidad para pedir disculpas a la azafata de Aer Lingus, Carmel Coyne, a quien lastimó el pie en el vuelo.
“Carmel es encantadora. Conozco a Carmel desde hace tiempo de los vuelos transatlánticos que tantas veces he hecho desde que llevaba a mis niños en carritos. Me cae muy bien. Ella sabe que fue un accidente con mis zapatos de metal. Y había mala gente empinando el codo y gritándome. Yo me eché hacia atrás y le pisé el pie por accidente, como una niña en el patio de un colegio. Lo siento, Carmel. Sabes que te quiero y si hay alguna manera en que pueda ayudarte, lo haré”.
Dolores insiste en que ella no iba bebida en el avión. “Me tomé dos vasitos de vino mientras cenaba. Pollo con algo de arroz, verduras y después queso, seguidamente el vino tinto, después a dormir”.
“Ése era el plan. No me pude sentar porque esta gente de la que te hablaba me estaba gritando. No me importa lo que crea la gente”.
Esta pasada semana, la madre de Dolores, Eileen, contó al periódico Limerick Leader que su hija se encontraba en un estado “vulnerable” desde que rompió su matrimonio con Don Burton, su marido durante 20 años.
Dolores dice que su matrimonio con Don ha terminado. (Esto había sido confirmado por un familiar de Dolores). “Nos hemos separado legalmente. Ya está hecho el papeleo, así que legalmente soy una madre soltera”, dice.
“Es blanco o negro. Sólo se vive una vez”.
“No puedes estar en una situación en la que no eres feliz. Tan simple como eso. No tengo nada malo que decir sobre Don. Tuvimos 21 años buenos. Pero finalmente llegamos al punto donde ya no había nada bueno. Era hora de pasar página y seguir adelante. Me siento como si tuviera otra vez 21 años. Siento que ésta es mi segunda vida”.
Está muy claro para mí y para la familia de Dolores que ella necesita ayuda, pero puede ser muy cabezota.
“No, estoy bien”, insiste. “No te preocupes. Estoy de lujo. Ésta es mi vida. La viviré a mi manera”.
“Simplemente, cierro a mis demonios. Canto. Los alejo. Pongo mi dolor en mi música. Pinto. Hago mis propios vídeos. Me dirijo a mí misma. Ya no me dirige nadie. Soy la dueña de mi destino”.
“La gente te mira y ve un producto. No ven un alma. Sólo ven un agujero vacío”, añade Dolores. Le pregunto si buscará la ayuda de un psicoterapeuta.
“Claro, yo soy uno de ellos. ¿No estoy ayudando al mundo? ¿No estoy sanando a billones de personas en el mundo?”, dice, refiriéndose a su música y sus canciones.
“Creo que llega un punto en la vida donde ya no puedes sentir el dolor. No puedes sentirlo, pero puedes cantar como un pájaro y sanar a gente”.
Pero tú no puedes sanarte a ti misma.
“No, nunca encuentras la paz en este ámbito, pero está bien, porque cuando mi padre se fue al otro lado, él me cuida ahora mucho mejor de lo que lo hizo en vida. Él está conmigo todo el tiempo”.
La fuente:
Independent Ie.