El debut de Dolores como coach en The Voice of Ireland no ha dejado indeferente a nadie.
En las audiciones a ciegas, nos sorprendía a todos con su garra y su gran sentido del humor,
del ambiente distendido que compartía con Bressie y Kian Egan, y de sus constantes piques
con Jamelia, con quien representa las dos corrientes en las que se divide la industria de la
música contemporánea: Jamelia defiende la música comercial y el éxito masivo inmediato
(aunque no siempre duradero), mientras Dolores aboga por la confianza y credibilidad del
compositor en sí mismo y en el trabajo día a día para merecer el reconocimiento.
Dolores conseguía hacerse de un gran equipo de jóvenes talentos a los que convencía sin
tener que rogar, dando argumentos y valoraciones justas después de cada actuación, y
brindando sus consejos y demostraciones para alcanzar alguna nota o corregir algún fallo
vocal, de respiración o rítmico.

En las batallas, Dolores nos deleitó con una excelente selección de canciones y una
brillante puesta en escena por parte de su equipo: De la primera batalla, “Losing my
religión” de REM, Dolores se quedó con la pasión del también compositor John Hogan Jr.
De la segunda, el trío que interpretó “Breakeven” de The Script, Dolores se decantó por la
versatilidad vocal de Peter Whitford y robó a Emma Walsh del equipo de Bressie. En la
tercera batalla pudimos disfrutar de una poderosa versión de “Boulevard of Broken
Dreams” de Green Day, en la que Mariah Butler, cantante de country, nos sorprendía con
la fuerza de su voz en este cambio de registro. Impresionante y brutal fue esa desgarradora
versión de “Nothing Else Matters” de Metallica, de la que pasaba la distintiva oscuridad
vocal de Michelle Revins, que ya hizo emocionarse a Dolores en las audiciones a ciegas.
La batalla final, para la que Dolores había escogido “True Colors” de Cyndi Lauper, la
ganaba la excelente actuación de Kellie Lewis, cuyos extravagantes giros vocales nos
hacen recordar a la mismísima Dolores.